VUELO: Parece que cada vez achican más los asientos y eso que me habían conseguido bien adelante.

VUELO

Parece que cada vez achican más los asientos y eso que me habían conseguido bien adelante, pero el espacio era tan angosto que con el asiento delantero echado para atrás yo no estaba en condiciones de levantarme para ir al baño o para dejar pasar a mi compañera de al lado, una joven muchacha oriental, que me miraba como a un bicho raro y no comprendía que no me podía mover.

¡¡¡NO PUEDO SER ALEXIIS SI ANITA SIGUE CON SEMEJANTE LOCURA!!!

En ese momento ya decidí que cuando regresaba a Buenos Aires iba a posponer toda actividad por lo menos por una semana. Todo, también la atención de pacientes, el grupo, si ellos querían venir a charlar bien, pero no estaba en condiciones de encararlo.

Tenía que tener tiempo para ponerme lentamente en equilibrio de nuevo. Descansar – No tener compromiso – Disfrutar de mi hogar. Es como si en aquel momento ya hubiese sabido que el resto del viaje no iba a ser el reencuentro tan ansiado con Hawaii. Había tenido tantas esperanzas de volver, pero algo internamente me estaba avisando que las cosas no iban a fluir como lo esperaba.

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