Finalmente llega el momento del viaje. En mi casa siempre queda viviendo la señora que trabaja para mí.
Agosto 29, 2006: Finalmente llega el momento del viaje.
En mi casa siempre queda viviendo la señora que trabaja para mí, iba a venir a las 4 de la tarde ya que el remise venía a las 5, pero no venía y no venía. Ja,ja,ja…, mis nervios en plena danza nuevamente. Ya mi amiga, que me acompañaba a Ezeiza, había llegado. Finalmente creo que el remise y la señora llegaron más o menos juntos, ya que a ella no la habían buscado a la hora que se había estipulado.
Bueno, empieza la odisea, ya que a este viaje no lo puedo llamar de otra forma.
AEROPUERTO
Sabía que no podía llevar bebidas, ni nada cortante, ni frascos de crema, etc. por las nuevas disposiciones anti-terroristas.
Todo previsto, lo único que tenía en el bolso de mano era el esmalte de uñas, a la basura, un frasquito de 1,5 cm de colonia, a la basura. Como sufro de piel muy seca y tenía por delante un viaje de 36 horas, me puse menos de una cucharita de crema en un pastillero, porque la piel de la cara y especialmente los ojos, por lo secos, se ponen totalmente tirantes, pero no hubo forma de convencerlos, a la basura.
Antes del viaje había consultado con la línea aérea respecto a los medicamentos, o sea Bayaspirina fuerte, por los dolores de espalda y alguna gota nasal, etc. y me dijeron que todo tiene que ir en envase original, mientras que suelo llevarlo siempre todo junto en un bolsito. Así que tuve que comprar todo de nuevo. Y en la aduana, ahora de esto me di cuenta recién después, la caja de Aspirina también voló, aunque dudo que a la basura.
Además en el bolso de mano llevaba un estuche con las fantasías que uso y si no hubiera estado muy atenta a todo eso también volaba. Bueno finalmente pasé por la aduana y tenía como dos horas todavía de espera antes de embarcar.
Otra cosa más es que como todo fue tan a lo loco, por supuesto la tarjeta de crédito que llevaba no estaba en el lugar donde tenía que estar y ya en Ezeiza mis nervios no daban más. Pensando nuevamente que a lo mejor la había dejado junto con otras tarjetas que dejé en casa, pensando cómo hacer para llamar y que alguien me la traiga al aeropuerto. Nuevamente una irracionalidad total, hasta que se me ocurrió abrir una libreta donde anoto los gastos, y ahí estaba la tarjeta, porque había querido anotarme los datos, cosa que por supuesto por mis locas corridas, no pude hacer, y la dejé ahí adentro.
Saben, a mi me pasó que ya me creí bastante evolucionada y de repente me sentí como en el hoyo lleno de alquitrán que menciona Kryon, como que algo me está tirando para abajo, y abajo y no me deja pensar fríamente y analizar las cosas. No lo pude hacer en ese momento, lo único posible era aguantar y esperar que llegase el momento para comprender la razón de todo lo que me estaba pasando y qué es lo que tenía que aprender de ello.
Esto fue el inicio de mi viaje, como verán las enseñanzas son máximas y de a poco iré contando como sigue.
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